Adriana Martínez presenta » Puro Tango», un disco Homenaje que desahoga y emociona.

En este su octavo material PURO TANGO vuelve a los orígenes y hace los tangos que más ama, despojados de toda ornamentación y llenos de sentimiento. La acompaña Armando de la Vega. «El tango para mi es algo muy especial», dice la artista.

En el año 2012 Adriana Martínez fue en busca de Armando de la Vega para que la acompañara en los tangos de su primer trabajo EXILIO. Se dio entre ellos una gran armonía y conjunción musical que se expresa en los 7 discos de música de la Patria Grande Latinoamericana, que abarca un extenso repertorio musical. Adriana sostiene que este disco es una maduración de todo el trabajo que viene realizando con Armando de la Vega: » lo fui a buscar para hacer en el primer disco «Exilios» para hacer solamente tangos y nos llevamos tan bien que a partir de ahí hicimos todo juntos».

El domingo 19 se presenta en el Teatro El Alambique, en el que además de interpretar todo el disco «Puro Tango», hará otros ritmos de su reportorio.

Este martes, la cantante paso por «Ropa Prestada». En este su octavo material PURO TANGO vuelven a los orígenes y hacen los tangos que más aman, despojados de toda ornamentación y llenos de sentimientos. El disco fue grabado entre enero y febrero de este año, Adriana nos cuenta que al escucharlo terminado lloro: » llore, llore y no es un llanto de pena, es una alegría estética y una alegría personal, porque el tango me recuerda toda mi infancia y toda mi vida», y agrega un dato más que emotivo, el recuerdo de su padre a quien cataloga como un gran bailarín de tango: » era un tremendo bailarín de tango y sabia de todo del tango y me enseño todas las letras de tango, yo ya sé las letras de tango desde muy chica».

En «Puro Tango» grandes compositores, inspirados y sensibles letristas se reúnen en un trabajo que rememora la época de oro del tango y tres temas del gran Astor Piazzola, es más que un sencillo y sincero homenaje al tango que los acunó y late fuertemente en ellos. El disco, es un homenaje a papá, a toda la infancia de Adriana Martínez. «a toda mi infancia, mis ancestros, a la forma en la que fui criada» dice Adriana y recuerda con emoción a sus padres como médicos del barrio y las travesuras con sus cuatro hermanos. De chica, imitaba a Virginia Luque, de quien es muy fanática.

Adriana, quien se denomina a sí misma como feminista valiente, reconoce que hay tangos que denigran a la mujer y que no los cantaría, pero no son los tangos que aprendió con su padre, esos todavía están vigentes: » ahora no tengo ninguno presente, alguno que tuviera una letra despectiva hacia la mujer sin ninguna duda (no lo incluye en su repertorio) porque de alguna manera esos que yo aprendía con mi papá y que aprendía de chica, siguen vigentes».

Quántica Medios

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